- HORA -

20 de noviembre de 2011

Llora. Por suerte, su madre la ha visto sólo de espaldas, de otro modo
se hubiese dado cuenta de inmediato de cuál era su verdadero problema.
Mal de amores. Y no se cura fácilmente. No existen medicinas. Ni remedios. No se sabe cuándo pasará. Ni siquiera se sabe cuánto duele. Sólo el tiempo lo cura.

Mucho tiempo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario